Anduvimos por estepas y abismos perdidos
desnudos y ciegos en soledades desérticas
la caricia solo nos moraba dentro .
Cuantos poemas a tu memoria se sucedieron
mientras el lucero titilaba tu nombre amado,
pocas tentaciones asomaron
siempre lábiles
tibias ardieron en las horas insomnes
solo rozaron el bosquejo.
Ambos nos sabíamos
y no nos olvidamos
somos destino
somos la huella que se calza natural.
Has vuelto del infierno
con llagas y cicatrices hondas
lo roto del tiempo atrás queda
estás vivo
estamos juntos
con la miel y la paciencia
con la pasión y la alegría
haciendo del día a día una fiesta
para celebrarnos bajo este signo nuevo
bajo este respiro que nos eleva.
© Lichazul ®